En 1955, la apertura de Disneyland en Los Ángeles marcó un éxito significativo para el modelo de negocio de los parques temáticos. Posteriormente, Disneyland se expandió a numerosas ciudades de todo el mundo, convirtiéndose en un destacado hito regional y teniendo un impacto sustancial en el marketing urbano. Esencialmente, Disneyland representa un tipo de espacio de consumo, que refleja un cambio en el desarrollo urbano hacia un modelo impulsado por el consumo. Parques temáticos como Disneyland y Universal Studios sirven como laboratorios a gran escala para la "experiencia de consumo".
El concepto de "Disneyización de la sociedad", introducido por el erudito británico Alan Bryman, identifica varios principios básicos: la tematización, el consumo híbrido, la mercantilización del contenido cultural y el trabajo performativo. Estos principios son cada vez más observables en diversos contextos sociales.
Recientemente, un producto cultural del Museo Provincial de Gansu, en China continental, ha ganado popularidad: una versión de peluche de "estofado picante al estilo Gansu". Este producto cuenta con una olla de felpa en una estufa de imitación, con el personal agregando ingredientes de imitación y cubriéndola con una tapa, creando una experiencia lúdica e inmersiva para los visitantes.
Siguiendo su ejemplo, el Museo Provincial de Shaanxi en China continental introdujo un "sándwich de carne" de felpa, que se agotó rápidamente, lo que llevó a comparaciones con Jellycat, una reconocida marca de juguetes de peluche.
La venta de juguetes de peluche a adultos se ha convertido en un negocio próspero. El enfoque interactivo del "juego de simulación" en los productos culturales ha desencadenado una tendencia en la que los principios de la "disneyización" —la tematización, el consumo híbrido, la mercantilización y el trabajo performativo— son cada vez más evidentes en la vida urbana. Esta tendencia refleja la creciente importancia de las economías emocionales dentro de los museos.
Tres características comunes de estos productos culturales museísticos populares son:
1. Tematización de los espacios de consumo:
En septiembre de 2023, Jellycat abrió un "Jellycat Diner" en la tienda FAO Schwarz de Nueva York, que ofrece una experiencia de comida rápida en la que el personal simula funciones de servicio. Este enfoque inmersivo ha impulsado las ventas de peluches con temática gastronómica, que también aparecieron en configuraciones similares en centros comerciales chinos. El juguete de peluche picante de estofado del Museo Provincial de Gansu combina de manera similar "la escena, el juguete y la experiencia minorista", mejorando la participación del usuario.
2. Consumo híbrido:
Se trata de integrar varios formatos de consumo en un mismo entorno para aumentar la participación del consumidor y prolongar su estancia. Los museos, como principales lugares de consumo, fomentan naturalmente las estancias más largas de los visitantes en comparación con otros entornos. Interactuar con la historia de una ciudad a menudo conduce a una conexión más profunda con su cultura, lo que hace que sea más probable que los visitantes se conviertan en consumidores dentro de esa ciudad.
3. Mercantilización de los contenidos culturales:
Los productos culturales con símbolos de museos o ciudades capturan las percepciones y experiencias de los turistas de una ciudad, creando recuerdos duraderos asociados con la cultura local. En particular, el trabajo performativo y la participación sensorial son cruciales. Transformar a los empleados en artistas que transmiten emociones positivas a través de sus acciones y expresiones mejora la experiencia inmersiva.
Los juguetes de peluche del Museo Provincial de Gansu, como el "Caballo Verde", con su diseño distintivo, han atraído a muchos compradores jóvenes. Estos productos sirven no solo como juguetes, sino también como apoyo emocional y psicológico.
Si bien la apariencia, la función y la estética de los productos culturales de los museos se pueden replicar, la experiencia de compra interactiva y la conexión emocional con los juguetes proporcionan un "valor emocional" adicional. El término "Kidult" describe a los adultos que difuminan las líneas entre la infancia y la edad adulta, buscando recuperar la alegría y la libertad de la juventud. Los juguetes de peluche ofrecen un medio sencillo para acceder al valor emocional, abordando la ansiedad y la soledad.
En un mercado vibrante de productos culturales, las experiencias de compra interactivas aumentan significativamente el entusiasmo de los consumidores. Los visitantes de las tiendas de regalos de los museos no son meros consumidores, sino partícipes de la narrativa cultural de la ciudad. La incorporación de servicios experienciales en los recuerdos con temática urbana mejora la participación de la audiencia y promueve eficazmente la cultura urbana.
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